Libertad no significa hacer lo que uno quiere, sino elegir con conciencia y propósito. Cada persona posee la capacidad de decidir su actitud ante la vida, incluso en medio del sufrimiento. Pero esa libertad viene acompañada de una responsabilidad esencial: descubrir y responder al sentido único de nuestra existencia. Ser libre, desde esta mirada, es comprometerse con lo que da verdadero significado a nuestra vida.